¿Quien no ha oído hablar estos últimos días de la cancelación del Mobile World Congress (MWC) y con ello de las más diversas teorías acerca de las razones para la retirada de buena parte de las empresas participantes?

Quienes conocen las reglas del juego en materia de viajes y desplazamientos de negocio están muy familiarizados con el Risk Management y el Duty of Care. Estos dos términos son como piedras angulares de las políticas de viajes de negocio, y en el caso que nos ocupa son, sin lugar a dudas, los verdaderos responsables de la cancelación de la presente edición del MWC.

¿Sin lugar a dudas? Sin lugar a dudas, porque el Duty of Care, en tanto que obligación moral y responsabilidad legal de toda empresa de velar por el bienestar y la seguridad de sus empleados, lleva asociada en caso de incumplimiento no sólo graves sanciones pecuniarias, sino también posibles consecuencias de orden penal, además de riesgos reputacionales, con su correspondiente dimensión económica.

La función del Risk Management en viajes es precisamente la de manejar situaciones de incertidumbre o amenazas, a partir de un conjunto de reglas, protocolos y actuaciones, orientados a prevenir y garantizar la seguridad de los viajeros, cuando éstos se desplacen por motivos laborales.

¿Era necesario anular la participación en el MWC, para asegurar el cumplimiento del Duty of Care, por parte de las compañías que cancelaron su asistencia? Probablemente las empresas en cuestión hubieran podido habilitar otro tipo de medidas antes que anular la asistencia al MWC de Barcelona, pero en casos de esta magnitud, en los que además existen grandes incertidumbres, al hallarnos en una fase temprana, resulta muy difícil evaluar correctamente los riesgos, y es razonable que se terminen imponiendo criterios de máxima prudencia, o dicho en otras palabras, de riesgo cero.

Sin riesgo no hay sanciones, ni penas, o impactos reputacionales. Sin ser una solución fácil, desde un punto de vista del Risk Management, era la más sencilla y seguramente por eso es la que se impuso. Lo que ha venido después de las primeras anulaciones es ya de todos conocido, y desde luego era bastante previsible, porque ¿quién es el “guapo” que se arriesga a mandar de viaje a sus empleados, cuando una parte de las principales compañías han empezado a retirarse?

Para un mercado todavía poco maduro en materia de la seguridad y prevención en viajes de empresa como España, lo acontecido estos días puede parecer sorprendente, pero seguramente es una primera muestra “global” de la  dimensión y la importancia que tiene la gestión de la seguridad y la prevención en los viajes de negocio.

Y es que si los viajes y las reuniones presenciales son fundamentales para el crecimiento de las empresas y el desarrollo del negocio, no es menos cierto que security goes first y que el primer activo de las empresas son sus empleados.

Marcel Forns (c) GEBTA 2020

 

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